Paraguay presente: En abril casi el 20% de la soja procesada por la Argentina fue importada

Paraguay tuvo en el primer mes de la campaña comercial de soja argentina 2023/24 un rol central para estabilizar las operaciones de la industria aceitera.

El procesamiento de soja fue en abril de este año de 3,824 millones de toneladas, una cifra 32% superior a la registrada en el mismo mes de 2023, según datos oficiales informados este martes.

A pesar de la recomposición de la oferta argentina de soja, la importación de soja registrada en abril pasado (749.999 toneladas) representó casi el 20% del volumen de poroto procesado en el período.

La mayor parte de los envíos de soja (698.059 toneladas) provinieron de Paraguay a través de barcazas conducidas por la Hidrovía del río Paraná, mientras que el volumen restante se originó en Brasil.

Si bien la cosecha argentina se recuperó en el presente ciclo –se espera al menos unos 50 millones de toneladas–, el ingreso al mercado de la misma se encuentra limitado por la falta de incentivos económicos que padecen los productores argentinos.

La Secretaría de Bioeconomía estima que, con una producción proyectada de 49,7 millones de toneladas, en el presente ciclo 2023/24 la importación de soja regresaría al nivel habitual del orden de 4,0 millones de toneladas versus 10,0 millones ingresadas en 2022/23 como producto del desastre climático que liquidó a gran parte de la cosecha prevista en esa campaña.

Así, con un stock inicial previsto de casi 6,0 millones de toneladas, la molienda argentina de soja en 2023/24 sería de al menos 45,0 millones de toneladas para disponer de una oferta exportable de poroto de 7,50 millones.

El ingreso de soja se realiza en el marco del régimen de “importación temporaria de mercaderías destinadas a recibir perfeccionamiento industrial”, el cual –implementado por el decreto 1330/2004– facilita el ingreso de insumos con la obligación de que los mismos, una vez procesados en territorio argentino, sean exportados para generar divisas.

El régimen, conocido popularmente como “de admisión temporaria”, fue desactivado en 2009 por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner para ser reintroducido a comienzos de 2016 por la gestión de Mauricio Macri. Desde entonces, en lo que respecta al complejo sojero, el poroto ingresa al país para elaborar harina y aceite de soja, los cuales posteriormente se exportan. La alícuota del derecho de exportación (33%) se aplica sobre el valor agregado, es decir, sobre la diferencia del valor de la harina y el aceite exportado (FOB) menos el valor del poroto importado (CIF).

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