A diferencia de los datos oficiales provistos por la CONAB, que la fecha han estimado una producción de maíz en 113,7M ton, desde hEDGEpoint Global Markets señalan que la superficie de siembra no se reduciría sustancialmente, motivo por el cual proyectan un escenario más positivo a la hora de cosechar el cereal.
Según proyecciones de la consultora privada brasilera, la cosecha de maíz podría alcanzar las 119,1 millones de toneladas (frente a las 121,5M toneladas que se habían estimado en febrero).
Cabe señalar que Brasil está terminando la siembra del maíz de invierno, que representa la mayor parte de la producción del país, y es en el debate sobre la superficie final de siembra donde se acentúan las principales diferencias de proyecciones frente a los datos estatales de la Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab).
“Las cifras de la Conab señalan una fuerte reducción en el área sembrada debido a los márgenes más bajos y a la pérdida de la ventana de siembra – la agencia proyecta la cosecha en 113,7M ton, similar a la producción de 21/22”, explica Thais Italiani, analista de Granos & Oleaginosas de hEDGEpoint.
“Aunque el escenario de márgenes malos se haya mantenido, no hubo pérdida de la ventana de siembra. Por lo tanto, seguimos pensando que la reducción de la superficie plantada puede ser menor de lo que se esperaba en un principio”, afirma.
En su reciente reporte, la consultora indica que las preocupaciones iniciales sobre los retrasos en la cosecha de maíz de invierno se debieron al atraso en la segunda mitad de la ventana de siembra de la soja. “Recapitulando, el maíz de invierno en Brasil es un cultivo sensible a la ventana porque el invierno en Brasil coincide con los meses más secos. Por consiguiente, hay riesgos de menos lluvias y heladas en los estados más del sur”, dice.
Como se mencionó anteriormente, las preocupaciones iniciales no se concretaron.
“En primer lugar, porque uno de los estados que se atrasó en la siembra de soja fue Rio Grande do Sul, que no tiene cosecha de maíz de invierno. En segundo lugar, porque según rumores del campo, el verano corto y seco en Brasil acortó el ciclo de la soja”, señala la analista.
Y añade: “En términos de desarrollo, el país alcanzó más del 90% de la superficie sembrada prevista y, por lo tanto, se encuentra en las primeras etapas del desarrollo de los cultivos”.
Clima
Las condiciones climáticas actuales son variadas. Por un lado, la humedad del suelo se agotó debido al verano caluroso y seco antes mencionado. Las previsiones meteorológicas a largo plazo tampoco son buenas. El modelo CFS de la NOAA, que proyecta períodos de tres meses, muestra precipitaciones por debajo de lo normal y temperaturas superiores al promedio para la ventana de abril a junio.
Por otro lado, las previsiones meteorológicas de corto plazo indican una buena combinación: aumento de las precipitaciones y temperaturas más frías. De cualquier manera, los forecasts pueden ser tan volátiles como los precios, por lo que debemos considerarlos con cautela. Especialmente al principio de la cosecha.
“Como la cosecha recién comienza, el NDVI en este momento puede no decirnos mucho, y podría ser engañoso considerarlo como un indicador tan tempranamente. Aun así, en la mayoría de las regiones está cerca del promedio, y tenemos que observar cómo evolucionará ante este escenario de clima mixto. Por ahora, prevemos una productividad nacional a buenos niveles (5.53 ton/ha), pero de forma conservadora – en 22/23 la productividad fue de 5.92 ton/ha”, señala.
En resumen, según la opinión de hEDGEpoint, la producción de maíz en Brasil seguramente será inferior a la del año pasado, proyectando una cosecha de 119.M ton, frente a los casi 132M ton del ciclo anterior.
“Sin embargo, la magnitud de la caída es objeto de debate, con una amplia gama de estimaciones. Actualmente, creemos que el recorte de la superficie cultivada puede no ser tan grande como se pensaba, y que el clima todavía parece muy variado como para estar seguros de que los resultados serán demasiado buenos o demasiado malos”, concluye.