Maíz: energía y volumen para suplementación

El INTA Chubut trabaja en la Chacra 164 a partir de un convenio con la Congregación Salesiana y la Asociación Cooperadora. El objetivo es contar con un espacio para realizar experimentación, capacitación y asistencia técnica para productores del Valle Inferior del Río Chubut y de la meseta chubutense, que apunte a mostrar una ganadería sustentable, y que permita asistir a los pequeños productores minifundistas.

Tiene 50 hectáreas y se realizan actividades de producción de carne bovina, recría y engorde a corral, en un sistema de base pastoril con suplementación estratégica. Cuenta también con 30 hectáreas destinadas a la producción de forraje, pasturas y lotes de alfalfa, cebada y avena.

Ingrid Bain, Coordinadora del área de Ganadería de INTA Chubut señala: “en el valle si nos basamos en sistemas pastoriles para la producción de carne, tenemos mayor productividad en primavera y parte del verano – otoño. Luego hay un déficit importante ligado a cuestiones climáticas. Entonces esos espacios de tiempo deben ser cubiertos de alguna manera. Es ahí donde cobran importancia los verdeos o cultivos como la alfalfa o el maíz.”

Este último cobra mucha importancia por el alto potencial de producción de forraje ya que se obtienen entre diez y quince mil kilos de materia seca por hectárea que se producen en períodos de cinco meses.

El trabajo se articula con la Cooperativa Agropecuaria de Gaiman. Previo a la cosecha se hizo un muestreo de plantas para determinar la productividad.

“El ensilo de cosecha de planta entera de maíz es una manera de conservar el forraje para usar en época invernal. Lo utilizamos para la alimentación de ganado ovino y bovino. En épocas de restricción de oferta forrajera es fundamental para la suplementación en pastoreo y para ser usado como complemento en las dietas de engorde a corral por su alto contenido de energía y el volumen que genera la cosecha de la planta entera” señaló Bain.

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