Bacterias, hongos y virus -entre otros- son indicadores de la salud biológica del suelo. Estudiar sus respuestas a los cambios, producto de las sequías, puede ayudar al diseño de estrategias para garantizar la sostenibilidad de los sistemas productivos.
Un equipo de investigación -integrado por el INTA Santa Cruz, el INTA La Rioja, la Universidad Nacional del Sur de Bahía Blanca, Nacional de Mar del Plata, Universidad de Buenos Aires y Nacional de Río Negro- realizó un estudio sobre el impacto de la sequía en el funcionamiento de los pastizales. Lo novedoso de esta investigación es que destacan la utilización de los microorganismos del suelo como herramienta de biomonitoreo de los pastizales naturales.
El estudio se realizó en ocho ecosistemas de pastizales a lo largo de un gradiente de aridez natural de la Argentina, distribuidos desde la Provincia de Santa Cruz hasta La Rioja. Allí analizó cómo la sequía afectaría al funcionamiento de los pastizales, evaluando los impactos sobre los microorganismos del suelo y las plantas.
“Estos pastizales naturales sustentan principalmente la producción ganadera extensiva y, es por ello, que se deberían incluir variables microbianas del suelo como herramientas de bio-monitoreo para garantizar la sostenibilidad de los sistemas productivos”, afirmó Santiago Toledo -especialista del INTA Santa Cruz-
Asimismo, explicó que los microorganismos del suelo -bacterias, arqueas, hongos, virus y protozoos- representan solo el 0,1-2 % del volumen total del suelo en los pastizales, sin embargo, están involucrados en el 90 % de las funciones del ecosistema. Por esto, “la caracterización de las variables microbianas del suelo se usa cada vez más para determinar la salud biológica, incluida la respuesta de los suelos al estrés ambiental, como sequías severas, perturbaciones antropogénicas y como indicador de la resiliencia del ecosistema”, explicó Toledo.