Argentina proyecta aumentar el área de soja y reducir la de maíz

La coyuntura de los granos gruesos a nivel mundial se encontró a lo largo de la semana centrado en buena medida en las cuestiones climáticas de EE. UU donde las cálidas temperaturas han generado recortes recientemente en los relevamientos del Ministerio de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) y, también, se presentó especial atención a la divulgación que se realizará durante esta jornada, con el lanzamiento de un nuevo informe mensual de Oferta y Demanda mundial (WASDE).

Si comparamos el ratio stock/consumo a nivel mundial se puede ver que en los últimos años se produjo una reducción de este indicador, lo que significa que a nivel global se presenta una merma en la disponibilidad de maíz y soja, en el caso de que se reduzca fuertemente la producción mundial. En este sentido cabe destacar que el foco está puesto en el clima en los meses clave de agosto y septiembre del principal productor mundial, a saber, Estados Unidos.

Por otra parte, se debe destacar que aún existen cuellos de botella generados por la continuación del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, a pesar de la reactivación de los envíos de grano ucraniano. En este sentido debe considerarse que los insumos para la producción agrícola aún mantienen una presión notable sobre sus precios internacionales. Esta situación ha generado un retraso en la adquisición de fitosanitarios y, consecuentemente, un menor volumen de granos comercializados de granos en Brasil. En este sentido, tanto el maíz como la soja encuentran retrasos en el porcentaje comercializado (como proporción de la producción por campaña).

Las exportaciones de grano amarillo son menores a las registradas tres ciclos previos

A nivel local, el nivel de exportaciones argentina de maíz en los datos preliminares para la muestran que hasta julio, es decir, en el primer cuatrimestre de la campaña 2021/22, se han registrado ventas externas por 19 millones de toneladas, lo cual se encuentra por debajo de los tres ciclos anteriores.

En este sentido, nuestro vecino y socio comercial del Mercosur, Brasil, ha experimentado un abultado progreso que se diferencia de lo ocurrido en Argentina. Un ejemplo interesante se desprende de lo ocurrido con la producción brasilera en el Estado de Mato Grosso.

De acuerdo con los datos presentados por el Instituto Matogrosense de Economía Agropecuaria, el maíz ha alcanzado el equivalente al 68,2% de la producción de la cosecha 2021/22, encontrándose 15 puntos porcentuales por detrás de lo sucedido en la campaña previa. No obstante, debe tenerse en cuenta el fuerte incremento productivo que se registró entre años, favoreciendo al actual ciclo comercial, por lo cual, el tonelaje absoluto negociado se encuentra un 1% por debajo del volumen del año anterior. Por otra parte, el ciclo 2022/23 también mantiene un retraso frente a la comercialización del maíz en términos relativos, alcanzando actualmente al 11,9% de la próxima cosecha cuando un año atrás se había comerciado el 28,7% de la actual safra.

La comercialización de soja también encuentra una situación donde se registra una ralentización en las negociaciones. Actualmente la cosecha 2021/22 se encuentra casi 10 puntos porcentuales por debajo del ciclo 2020/21, alcanzando hasta agosto 83,9% y 92,3% respectivamente. Asimismo, el incremento de toneladas producidas en esta nueva safra se acerca al 10%, nuevamente aminorando la diferencia en cuando a volumen comercializado, alineando las ventas de ambos años. No obstante, esta situación se condice con una mayor capacidad de ventas de granos por parte de los productores de la unidad federativa de Mato Grosso. Finalmente, vale destacar que la próxima campaña 2022/23, también presenta una ralentización frente a lo sucedido en el actual período, alcanzando hasta agosto, un 25,5% de comercialización, cuando un año atrás ya se había negociado cerca del 37,3% de la cosecha 2021/22.

El clima en Argentina sigue condicionando los planes de producción

Como indicó GEA en su último informe mensual del mes de agosto, la primera estimación de área en soja es de 16,8 M ha, un 4,3% por encima del ciclo anterior. En los últimos cinco ciclos, la oleaginosa fue perdiendo casi el 20% del área sembrada; pero en 2022 se espera que la tendencia se revierta, sumando 700.000 hectáreas a los planteos. El principal factor de influencia es el clima, aunque otras razones que pesan a la hora de elegir la soja vienen dadas por los costos y la disponibilidad de insumos.

Respecto del grano amarillo, la situación se invierte y GEA estima una probabilidad de disminución interanual del 4,7% en la superficie sembrada, pasando de 8,4 M ha en el ciclo 2021/22, a 8 M ha para la nueva campaña. Claramente los escenarios climáticos vuelven a surtir efecto como causa de esta caída proyectada, y se suma el fracaso de los maíces tempranos en la región central. Pese a los mejores márgenes que presenta el cereal 22/23 respecto de la oleaginosa, la falta de agua generalizada es el principal factor que pone en jaque la siembra de maíz temprano.

El escenario de incertidumbre desalienta aún más el cereal en favor de la soja ya que el maíz implica una mayor inmovilización de capital y mayor riesgo para el productor.

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