Dos agrónomas crearon una empresa que rastrea productos desconocidos del campo con potencial exportador

Tomar nuevos rumbos y desafíos profesionales nunca es una decisión fácil. Crear un emprendimiento propio, más complejo aún. Pero si se tiene de base experiencia, convicción y pasión, se convierte en una realidad. Así nació Bunch Agro, que no por casualidad su significado en inglés es “racimo”, ya que es una empresa que establece vínculos productivos entre países y productores, proveedores y clientes, personas e ideas.

Detrás de ese ramo hay dos mujeres exitosas, María Laura Tovillas, ingeniera en Producción Agropecuaria y Margarita Carmona, ingeniera agrónoma. Las dos con amplia trayectoria en el agro, con más de 20 años trabajando en empresas líderes del sector. Allí se conocieron y hace un año decidieron capitalizar toda su experiencia y crear algo diferente, que apunte a generar más impacto social, ambiental y productivo.

“El mundo se mueve hacia lo sustentable. Vas creciendo profesionalmente y entendiendo cómo es el ecosistema. Es ahí cuando te preguntás si te sentís cómoda en el lugar que estás y hacia dónde vas. Podés seguir trabajando en lo que te gusta pero haciendo un aporte mejor, con más impacto en las generaciones futuras. Se trata de tener una conciencia más colectiva, una mirada más holística”, contó María Laura Tovillas a Agrofy News.

Bunch Agro: exportación e importación

La empresa nació hace un año a partir de la sinergia con distintos actores de la cadena, desde el que lo produce hasta el que lo compra. “Tenemos un proveedor que tiene escala para proveer a tal lugar y así empezamos a trabajar en proyectos”, detalló Tovillas.

El fuerte de la empresa es el desarrollo de canales de comercio exterior: “Nos sentimos muy cómodas interviniendo en las distintas partes de la cadena de valor. Nuestro foco está en poder encontrar demanda y ver cómo podemos dar oportunidades”.

Y agregó: “Nos enfocamos en desarrollar negocios sustentables y, si bien en Argentina esto es bastante incipiente, en el mundo tiene un impacto muy elevado, a eso van las tendencias globales”, agregó una de las fundadoras.

Proveen tanto servicios de exportación, abastecimiento de cartera de productos agroindustriales, análisis de mercados y protocolos, certificación de agricultura orgánica y ecológica, alianzas estratégicas comerciales mundiales; como de importación, análisis de viabilidad de los negocios, productos y registros, alianzas con proveedores directos.

Potenciar cultivos no tradicionales

Muchos de los negocios los llevan a cabo con el aporte del ex ministro de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao, que está trabajando en proyectos no solo de impacto ambiental sino social y económico. María Laura lo conoció trabajando en el BID en el desarrollo de cadenas globales, donde pudieron detectar tendencias y oportunidades.

“Lo importante es reconocer los socios que podés tener en cada área. El desarrollo del proyecto es muy artesanal, paso a paso. Desde el encargado del campo hasta un gerente de una empresa, nos relacionamos con todos. Somos como un holding de distintas unidades de negocios”, contó la agrónoma.

Desde Bunch Agro trabajan con productos especiales como la tuna, con el bambú, el yacón, y el topinambur, que suelen ser desconocidos y se producen con una finalidad buenísima: “Las hojas de yacón, por ejemplo, tienen propiedades medicinales; contienen una sustancia que es la encargada de reducir la concentración de glucosa en la sangre y también actúa como relajante y antiestrés”.

Por su lado, el topinambur es un tubérculo donde se extrae inulina que se utiliza como endulzante para diabéticos: “Son productos locales, que dan trabajo in situ, y a su vez tienen la pata comercial que es que se puede llevar al mundo”, explicó Tovillas.

A su vez, están ligadas a todo lo que es plant based, que es toda la tendencia del mercado. “Estamos trabajando en la exportación de hamburguesas veganas. También tenemos convenios de producción de poroto mung orgánico, de cebada orgánica y estamos haciendo foco en lo que es alimentos no tradicionales, productos premium”, contó la agrónoma.

“Hay una gran oportunidad, muchísimo mercado y para eso hay que trabajar mucho en establecer las relaciones con el exterior”, agregó.

De guayaba a lana merino

Bunch Agro diseña nuevas cadenas de valor con cultivos no tradicionales que tienen demanda externa con el fin de impulsar las economías regionales. Un caso emblemático es el de la exportación de guayaba, una fruta de Brasil que, por sus propiedades, puede reemplazar al kiwi. “El kiwi tiene un problema de sanidad y su producción está decayendo”, detalló la agrónoma.

Poder desarrollarlo en Misiones y exportar a Europa aparece como una gran oportunidad: “Es una alternativa para que el pueblo de Misiones no dependa solo de la yerba y el tabaco”, contó la fundadora.

Fue así que comenzaron a exportar plantines a Italia: “Por la pandemia se complicó la exportación. Empezamos a hablar con gente de SENASA para poder tener el registro y las habilitaciones para poder sacar el producto del país. Nuestro rol fue agilizar el proceso pero logramos que los plantines salieran. Fue como exportar bebés en incubadoras”.

La agrónoma destacó que es un proyecto donde se integró una pata provincial y una privada: “Hacía mucho tiempo que los productores de Misiones estaban trabados para poder exportar ese tipo de productos. No encontraban la forma de sacar el producto de Argentina porque para sacar productos especiales es complejo porque tenés que tener determinadas certificaciones, registros y demás para lo cual eso lleva un tiempo y una dedicación exhaustiva”.

Otro de los proyectos novedosos es la exportación de lana merino de la Patagonia, también a Italia: “Nos están pidiendo pantuflas y riñoneras para una cadena de ortopedias. Esta lana tiene un beneficio para la salud humana. Tiene propiedades analgésicas, que no sabíamos”.

“Actualmente existe un tratamiento de origen australiano, que es una malla hecha con esa lana, en Argentina no se hace ese proceso. Estamos buscando quién puede armar la pantufla, quién puede proveernos la lana, y armar algo que pueda entrar en mercado”, contó Tovillas.

Galletitas saludables

Por último, además de la exportación, Bunch Agro es un disparador para distintos proyectos de productos naturales. “Surgió la posibilidad de avanzar en el desarrollo de productos para consumo masivo en esta línea sustentable. En conjunto con una universidad estamos trabajando en la producción de galletitas saludables. La idea es en breve poder sacarlo de manera comercial para consumo en Argentina y el mundo”.

En esa línea, María Laura destacó: “Lo nuestro está enfocado en lo agroalimentario. Vamos hacia el rubro food porque sabemos que es lo que necesita el mundo. Las nuevas generaciones hablan de nutrición y eligen qué comer”.

“Nosotras hacemos todos los links. Conseguimos proveedores de frutas liofilizadas, no pesa, se deshidrata y mantiene todos sus nutrientes. Tenemos mucha experiencia en Marketing así que hacemos todo lo que es desarrollo de producto”, agregó.

Mujeres en el agro

Por último, consultadas sobre cómo se trabaja siendo mujeres en el rubro agro, María Laura expresó: “Si me preguntabas al inicio de mi carrera, era muchísimo más difícil. Tenemos que demostrar dos veces que somos buenas para hacer las cosas, pero cuando lo demostrás, la confianza es inquebrantable”.

“Hoy en día cambió muchísimo esto y ves más mujeres a cargo de gerencias. Igual queda mucho camino por recorrer. Nos falta empoderarnos más. Nos cuesta presentarnos a búsquedas laborales aún teniendo todas las condiciones, hay que ser más mandadas”, agregó.

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