Recomendaciones para sembrar pasturas en febrero en zonas con variabilidad de precipitaciones

Las pasturas son un recurso importante en la producción ganadera y el rendimiento de la misma se debe a los recursos disponibles. Por este motivo, desde el INTA brindaron recomendaciones para la siembra de pasturas.

Lourdes Mijoevich, del Grupo de Investigación en Producción Animal de nuestra Estación Experimental señaló que la germinación, crecimiento y desarrollo de una pastura de gramínea megatérmica depende fundamentalmente de los recursos de los que se dispongan en el ambiente. El principal recurso es el agua.

Cabe destacar que en Santiago del Estero la humedad tiene un rol clave. “Es un factor limitante y de alta variabilidad, anual e interanualmente: no podemos asegurar cómo se darán las lluvias en nuestra provincia”, especificaron desde la Experimental.

Por otra parte, Mijoevich, señaló que la temperatura es el otro factor clave. “La mayoría de estas pasturas no toleran las bajas temperaturas. Es importante asegurarnos que, para la primera helada, la pastura presente algún crecimiento aéreo”, especificaron en el informe.

Con estas condiciones se puede calcular ventanas de siembra, que son momentos del año en los que la temperatura y la humedad permiten cubrir los requerimientos necesarios para la germinación, emergencia y macollaje.

“En Santiago del Estero nuestras ventanas de siembra suceden por lo general desde el mes de noviembre hasta el mes de abril. Es conveniente ajustar nuestra siembra dentro de ese periodo, pero descartando el mes de enero, por sus elevadas temperaturas y el mes de abril, por su proximidad a la posibilidad de la ocurrencia de heladas, cuando la planta aún se encuentra muy sensible a posibles daños por el frío”, aclararon desde el INTA.

Los meses ideales para la siembra

-Noviembre (si ocurren lluvias)
-Diciembre (siempre con la precaución de la ocurrencia de lluvias torrenciales)
-Febrero y marzo (hasta los primeros 10 días de marzo, solo si siembra una pastura con rápido macollaje)

Para esta región, las especies que mejores se adaptan son Buffelgrass (Pennisetum ciliare), Gatton panic (Meghatyrsus maximus) y Grama rhodes (Chloris gayana). Cabe destacar que el cultivar elegido debe estar sujeto a los recursos de los cuales disponemos en el sitio particular a sembrar:

“Así, en la zona Oeste y Centro de la provincia, donde las precipitaciones no superan los 700 mm en años buenos, los Buffelgrass (Texas 4464, Biloela, Lucero, Molopo) serán una buena opción”, señalaron desde el INTA. En el caso del Este, Gatton panic resulta sin dudas la mejor opción porque se cuenta con mayor cantidad de precipitaciones,

Esto deja a las Gramas (Finecut, Epica, Reclaimer, etc.) como una especie indicada cuando se tiene un suelo con problemas de salinidad, pero con precipitaciones que superan los 600 mm anuales.

“Si hacemos un pequeño análisis dentro de cada especie, es importante conocer que, si bien todos los materiales de Buffelgrass están adaptados a ambientes con escasas lluvias, los de porte alto como Biloela y Molopo que entregan mayor volumen de materia seca, también requieren mayor cantidad de agua (más de 500 mm), mientras que Texas 4464, con menor entrega de materia seca, requiere al menos 300 mm de precipitaciones”, especificaron desde INTA.

Santiago del Estero es una provincia con variabilidad de ocurrencia de precipitaciones, por lo que siempre hay que respetar la frecuencia de ocurrencia de años buenos y años secos, concluyeron desde el INTA.

Fuente: Agrofy News

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