Girasol en el norte de Santa Fe: buscando el máximo rinde

Por espacio de dos horas, los técnicos de la Estación Experimental Agropecuaria INTA Reconquista junto representantes de semilleros, asesores de Stoller (la empresa dedicada a la nutrición de cultivos), y productores de la zona, recorrieron los ensayos de girasol que forman parte de la Red de Cultivares del híbrido, una iniciativa cuyo objetivo evaluar el comportamiento diferentes variedades de cultivares en la región.
En total, se analizaron 30 híbridos comerciales y precomerciales, implantados en el cuadrante este del predio de la experimental en conjunto con 15 empresas de la región que participan de estas pruebas. También se presentaron evaluaciones de insumos para el cultivo.

La jornada se dividió en dos estaciones: la primera correspondió al «Ensayo Comparativo de la Red Inta – Asagir», y la segunda a «Ensayos demostrativos ? Soluciones integrales Stoller».

El ingeniero Miqueas Sandoval condujo la etapa inicial y al término dialogó con Campolitoral respecto de los objetivos de la jornada a campo. «Estamos recorriendo la red de evaluación de cultivares de Inta- Asagir. Son aproximadamente 15 empresas que participaron en la red, de esta localidad. Tenemos 30 híbridos comerciales y algunos precomerciales que estamos recorriendo con la gente», detalló.

Luego, contó que se convocó al público en general, tanto a productores, como a asesores, y algunos representantes de empresas semilleras, y agregó que «a su vez tenemos un ensayo con otra empresa para evaluar distintos tipos de fertilización y compuestos hormonales».

«La red es muy importante ? estimó el profesional – porque sirve como base para elección de los híbridos a sembrar en la próxima campaña. Los productores consultan sobre los que rinden más o menos, el porcentaje de aceite, la bonificación».

El aporte del agua

Consultado sobre la marcha de la campaña girasolera, afirmó que, en general, este año fue una campaña seca al inicio, donde el cultivo parecía que no se estaba desarrollando tan bien, pero al igual que el año pasado llovió en un momento clave y eso hizo que el cultivo despegue y están muy lindos, con muy buen tamaño de plantas, pero también va a depender de la fecha de sembrado y el tipo de suelo.

En cuanto a la baja incidencia de enfermedades, coincidió que «un poco debe ser por las bajas precipitaciones, aunque, a diferencia del año pasado y otros años, hay una alta presencia de roya blanca».

A la hora de las estimaciones de rendimientos, a dos semanas del inicio de la cosecha, adelantó que esos materiales se estarán recolectando a fines de diciembre o principios de enero. «La expectativa de rendimiento varía mucho dependiendo del híbrido, la diferencia entre uno de bajo y de alto potencial esta en alrededor de los 1.000 kilos aproximadamente. En líneas generales, yo creo que estaremos arriba de los 2.500 kilos».

Por otro lado, el especialista destacó que el girasol sigue siendo un cultivo importante en la rotación trigo, soja, girasol, «que es una secuencia de cultivos que acá en el norte funciona muy bien y da buenos rendimientos, ya sea productivos, como económicos».

Finalmente, remarcó que con la empresa Stoller es el segundo año que están realizando ensayos, evaluando distintas alternativas. «Este año decidimos sumar a una muy buena fertilización de base, las alternativas de la empresa para evaluar las diferencias. Hay 10 alternativas que probamos y están bastante buenas».

Estrategias adaptadas

Por su parte, Mariano Brondi, asesor técnico comercial para el centro – norte de Santa Fe, se refirió a las estrategias que la empresa tiene disponibles para este tipo de cultivos: «Estamos con muchas expectativas, reunidos esta mañana acá en el Inta con muchos productores y técnicos asesores mirando los cultivos de girasoles y las propuestas y estrategias que tenemos de Stoller para la zona», indicó.

De manera particular, el ingeniero agrónomo ahondó en la oferta soluciones fisiológicas, nutricionales, biológicas de la firma que representa, presente en el norte. «Tenemos toda una paleta de bioestimulantes con tratamiento de estímulo a la semilla, con muy buenos resultados desde hace 5 años acá en la zona; después ya pasamos a la etapa vegetativa con Masternil Plus, más Stimulate, un bioestimulante que junto a un fertilizante foliar aporta todos los macro y micro nutrientes que la planta necesita en esa etapa, preparándola para la etapa reproductiva, donde usamos un producto que es Sett, fijando cada uno de los cuajes para obtener una torta uniforme y de esta manera no perder ningún rendimiento por el aborto de estos granos y obtener así el mayor contenido de aceite y grasa».

Consultado sobre los materiales expuestos, destacó que se pudo ver claramente la diferencia entre el testigo y el tratado, dividiendo así el tratamiento progresivo, de la semilla y los tratamientos foliares. «Estos son híbridos que se desarrollan en la zona, la gente del Inta ya los tiene testeados, por lo que lo que nosotros hacemos es ir con nuestra recomendación de bioestimulantes y fertilizantes foliares para agregarlos a la paleta de híbridos de alto potencial».

A la hora de responder la inquietud que plantearon los productores en cuanto al retorno de la inversión, fue claro. «Claramente se recupera la inversión, sobre todo por la eficiencia en el uso de la fertilización, a través de un buen desarrollo radicular, por eso es importante tener estos bioestimulantes a base de hormonas».

En este sentido, explicó que la estrategia que desarrollan cobra un rol importante por el precio del commodity. «Hoy tenemos commodities nitrogenados que han aumentado más de un 70% su costo y es importante apuntar a una fertilización eficiente en el tratamiento de las semillas, obteniendo un buen tratamiento que nos permita aprovechar las etapas del cultivo. Tenemos más de 5 años de desarrollo del producto en la zona, tanto para girasol, como para algodón y soja, trabajando con Inta y otras entidades».

Cara a cara en el campo

Por su parte, Rodrigo Merki, asesor técnico regional para la zona NEA, lo más interesante fue abordar las principales problemáticas que los productores tienen en la región y que hacen al cultivo de girasol. «Principalmente problemas de suelos fríos y déficit hídrico, que sumado a problemas de compactación, hacen que la emergencia no sea la adecuada. Por eso tenemos un producto fisiológico que es STIMULATE a semilla, para lograr una rápida germinación y una emergencia uniforme».

Por otro lado,. Merki destaca que a lo largo del ciclo, distintos factores abióticos generan disminución en la capacidad de las planta para producir azúcares. «Estos factores ambientales (temperaturas extremas, estrés por luminosidad) hacen que repercutan en la tasa de crecimiento del cultivo. Este tipo de fenómenos generan desbalances hormonales en los cultivos, y la empresa tiene una solución a esta problemática: la combinación de aplicaciones de bioestimulantes más determinados micronutrientes, hace que generemos una mayor eficiencia en el uso de los recursos por parte de la planta».

El especialista no escapa a otro problema actual, que es la suba de los costos de los fertilizantes, sobre todo los de base (que se usan en la siembra). «Desde la empresa tenemos una solución con aplicaciones foliares para hacer eficiente el uso de esos nutrientes y recursos. En estadíos vegetativos (V4- V6) se realizaron aplicaciones del STIMULATE más MASTERMINT Plus y se pudo apreciar en el ensayo una mayor tamaño de plantas, mayor grosor de tallos, hojas más expandidas y una buena coloración. En estadíos reproductivos más avanzados aplicamos un fertilizante foliar netamente fisiológico llamado SETT que contiene una combinación de un bioestimulante con promotores de crecimiento y dos nutrientes esenciales para hacer eficiente el proceso de polinización en el girasol, como son el Boro y el Calcio».

Con este tratamiento se pudo ver a campo un mayor diámetro de capítulo (la torta del girasol). «Luego vimos en estadíos más avanzados la aplicación de un removilizador de azúcares que se llama SUGAR MOVER que contiene Boro, Molibdeno y promotores de crecimiento, lo cual favorece la redistribución de azúcares hacia granos. Esto genera un mayor peso de los granos y mayor concentración de aceite».

También destacó que en la charla se habló mucho de cómo ese aumento de los fertilizantes podría cambiar la estrategia de fertilización de los productores. «Desde la empresa estamos diseñando propuestas para ser más eficientes en el uso de los nutrientes. Está muy bueno compartir y conectar con los productores para estar cerca y brindar las soluciones que ellos necesitan», cerró.

El costo del estrés

Los episodios de estrés abiótico pueden hacer perder hasta el 65% del rinde. Y el uso de bioestimulantes para recuperar entre 9 y 15% de los daños que pueden generar estas situaciones. Como todo ser vivo, las plantas pueden sufrir situaciones que afecten su salud si enfrentan momentos en que las condiciones en las que se desarrollan cambian abruptamente o si sufren algún tipo de «ataque», tanto por parte de otros seres vivos como de sustancias químicas.

Según el asesor en nutrición de cultivos de AgroEstrategias Consultores, Ing. Agr. Wenceslao Tejerina, hay dos tipos de estrés que pueden sufrir las plantas. El más común que suele relevarse y sobre el que los productores tienen muchas herramientas para enfrentar es el biótico: plagas, malezas o enfermedades, que pueden llevarse entre 24 y 25% del rinde.

El otro, sobre el que hay menos información y es el más difícil de identificar a campo, es el abiótico: exceso de radiación ultravioleta, temperaturas demasiado altas o demasiado bajas, heladas, asfixia radicular, déficit de lluvias, presencia de metales pesados o fitotoxicidad por la aplicación de herbicidas. Y estos casos son más graves, porque las pérdidas de rendimiento que pueden generar llegan al 65%. «Por eso es interesante indagar y entender cómo afecta el estrés abiótico a los cultivos, porque si logramos mitigar estos daños, el potencial para ganar rendimiento y mejorar la rentabilidad es muy grande», remarca Tejerina.

Alternativas

Según el Ing. Agr. Rafael Olivella, Coordinador Técnico para las regiones Centro, Pampa Húmeda y Buenos Aires Sur de Stoller Argentina & Uruguay, uno de esos productos es Bio Forge Advance. Es un fertilizante líquido formulado con una combinación exclusiva de NN difenilurea, que se comporta como una hormona (citoquinina), más molibdeno y cobalto, que estimula el crecimiento y desarrollo de la planta bajo condiciones de estrés. Sus beneficios: aumenta la tolerancia al estrés ambiental, recupera plantas dañadas por heladas, estrés hídrico, herbicidas y temperaturas extremas, previene el aborto de granos y vainas e incrementa la eficiencia de uso de la fertilización nitrogenada.

Fuente: Campo Litoral

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