“Tenemos que transformar la industria oleaginosa en una refinería oleaginosa mundial”

Casi 45 días después de su anuncio, y horas antes de la elección, ingresó al Congreso el proyecto de régimen de fomento al desarrollo agroindustrial federal, inclusivo, sustentable y exportador. La iniciativa, que había sido propuesta por el Consejo Agroindustrial Argentino y tenía el aval oficial, fue girada a las comisiones de Agricultura y Ganadería y de Presupuesto y Hacienda.

Respecto al nuevo capítulo que se abre, el presidente de CIARA-CEC, Gustavo Idígoras, analizó en diálogo con BCR News: “Es la finalización de un ciclo de un trabajo inicial que buscó demostrar que era posible una acción colectiva, ponernos de acuerdo 64 cámaras y entidades empresariales, bolsas, etc, no es nada fácil. Muchas veces es hasta difícil en una misma entidad. Con 64, es un proceso de gestión, de consensos, etc. Eso se logró y se pudo plasmar en un proyecto de ley, que por supuesto no tiene el 100% de las ambiciones que tenía. Cuando comenzamos la redacción en septiembre de 2020 teníamos muchos más capítulos: forestal, pesca, hortalizas, derechos de exportación, todo eso desapareció. Porque cuando negocias sabés que tenés que conceder cosas y además porque hay una realidad, el Estado nacional no tiene recursos. Entonces vas y le pedís 100 y ellos te dicen ‘tengo 3’, bueno nosotros logramos llegar a 15, o a 20, de esos 100”.

Y, seguido, amplió: “En términos comparativos, con la ley de hidrocarburos, la ley de construcción, el Plan Gas, electromovilidad, automotriz y alguna más, quizás esté por encima de la cantidad de beneficios impositivos que el resto. Porque tenés beneficios de amortización acelerada, mucho más rápidos, a la mitad de lo que habitualmente es y en algunos lugares muchos más años, ya que hay bienes que se amortizan a 10 o 15 años y en este caso van a ser a 2 o 3 años, eso es capital de trabajo para las empresas para volver a invertir; devolución de IVA de inversiones que nunca sabés cuándo va a suceder, ya que muchas veces lo ponés como una pérdida y en este caso a va a ser trimestral; ajuste de los IVA diferenciales, por ejemplo en el sector porcino, que compra un insumo a 10,5 y vende a 21,5, y esa diferencia ahora queda a libre disponibilidad; lo mismo para el sector avícola, con lo cual puede implicar una reinversión”.

Asimismo, Idígoras comentó los “beneficios directos para la ganadería, ya que por primera vez va a poner no pagar ganancias por el animal que están engordando, si superan los 400 kilos y antes siempre se pagaba; y también beneficios directos para el que usa semillas, agroquímicos y fertilizantes, esto va a tener mayor impacto económico, alrededor de 7.000 millones de dólares. Es un paquete, ahora queda la parte legislativa, en donde tenemos que dar una pelea, pero es un primer paso de nuestra estrategia integral que tiene el Consejo Agroindustrial”.

En este camino, el dirigente remarcó: “Tenemos tres objetivos a corto plazo: el primero, la estrategia legislativa, cómo vamos a ir gobernador por gobernador a recordarles que nos dieron su apoyo político en su momento y a cada legislador para que apruebe la ley y a ver si podemos mejorarla, ya que hay temas que quedaron afuera como la vivienda rural. Básicamente en algunas zonas, como los bajos submeridionales del norte de Santa Fe, las condiciones de traslado que tienen son costosas, la logística también, gastan muchos recursos de sus ingresos para hacer esos traslados y con lo cual desisten de hacerlos, entonces hay falta de personal en muchos lugares”.

De este modo, “la construcción de viviendas rurales, no solamente por su rol social y sanitario, sino también por un rol económico. Estos son temas que vamos a plantear en el Congreso”, agregó.

Respecto a los ejes, amplió: “El pilar dos, es el decreto de la reglamentación, que es una prioridad, ya que tenemos que empezar a escribir lo que queremos que sea esa norma porque ahí se juega el 100% de la factibilidad y cumplimiento de la ley. Una linda ley, con un mal decreto, es nada. Ahí tenemos que tener los mejores expertos, por ejemplo, la Bolsa de Comercio de Rosario tiene muy buenos tributaristas que nos pueden ayudar a escribir el borrador de la ley. Vamos a armar un equipo de trabajo para eso”.

Y el tercer pilar, “y el más importante, es que, a partir de ahora en adelante, vamos por la eliminación de los derechos de exportación de todas las economías regionales y por un acuerdo para un programa de reducción, tendiente a la eliminación de los cultivos ampliados. Queremos tener cierta previsibilidad, de acá a 10 años cuál va a ser el esquema de derechos de exportación, apuntando a la baja por supuesto”, sostuvo.

En relación al caso de la soja, Gustavo Idígoras enfatizó: “No podemos estar con 44 millones de toneladas, que la Argentina siga cayendo cuando el mundo demanda cada vez más proteínas vegetales derivadas de la soja, es suicida, desde el punto de vista económico, social y comercial. Entonces, si le damos previsibilidad a la baja al complejo oleaginoso, la capacidad de respuesta es fenomenal. Los análisis económicos de las bolsas han demostrado estas últimas semanas el crecimiento anual vertiginoso que tendríamos para llegar a ese nuevo objetivo de 70 millones de toneladas, cuya capacidad instalada ya tenemos en el país para procesarlo”.

Y reconoció que hoy Argentina “es un país maicero, si ves los volúmenes de exportación que tenemos al día de la fecha y tenemos registrado para exportar 38,5 millones de toneladas. En 4 años el país creció 70% el volumen de exportación de maíz y bajó todos los años un 5% las exportaciones del complejo oleaginoso. Muy bien para el maíz, pero Argentina tiene que ser multiproducto, porque además el complejo oleaginoso tiene mayor valor FOB en términos integrales. Y tiene que crecer, con nuevas tecnologías a nivel de producción, mejor logística y baja de los derechos de exportación”.

En tanto adelantó: “Tenemos la fascinación de transformar la industria oleaginosa en una refinería oleaginosa mundial. Estamos hablando de productos derivados de la soja, a través de la transformación del aceite y biocombustibles para llegar a productos procesados que sustituyen la industria petroquímica: plásticos, yantas, dentífricos, vitaminas, ya que hoy derivados del aceite de sojas van a ser sustitutos de las vitaminas para consumo humano. Pero para eso necesitamos una estabilidad en materia de derechos, una baja de la carga tributaria y condiciones mucho más previsibles para hacer crecer a este complejo”, concluyó.

Fuente: BCR News

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